Mis Primeros Bodegones.
Estaba haciendo un curso de Composición en fotografía y llegó el proyecto de fin de curso. Dicho proyecto consistía en crear una composición con algo que tuviéramos por casa, a mano, que no fuera complicado de encontrar. Así que abrí me fui a la cocina, abrí el frigorífico y saqué todos los tomates que teníamos en ese momento.
¿Por qué tomates? Pensé en su color, en su forma tan visual, de colores vivos, muy reconocible y agradable a la vista. Luego vino el pensar el fondo, la luz y si utilizar algún utensilio para colocarlos. Coloqué todo sobre la mesa de la cocina, al lado de la ventana y ya tenía mi pequeño estudio de bodegón improvisado.
Me puse a jugar con los tomates, haciendo combinaciones, colocando o quitando elementos, y sacando foto tras foto. Para cuando me di cuenta y miré el reloj de la cocina, había pasado ya una hora. Me había entusiasmado tanto que me olvidé de todo lo que no fuera los tomates y de fotografiar. Me centré sólo en lo que estaba haciendo y lo demás dejó de existir. En mi mente sólo venían ideas sobre cómo colocar los objetos, cómo quería que quedase la imagen, qué parámetros ajustar o cambiar en la cámara y disparar, revisar el resultado y vuelta a seguir haciendo más fotos.
Esta sensación la he tenido más veces sacando fotos de gastronomía. El tiempo y todo lo demás desaparece, no hay prisa, ni preocupaciones, sólo estoy yo y mi cámara creando, componiendo y sobre todo disfrutando, viviendo ese momento de forma intensa. Mi cabeza se llena de ideas, de nuevas perspectivas, de posibles composiciones.
Y luego viene el siguiente paso, también muy interesante: descargar las fotos en el ordenador, abrir el editor y revisar el resultado de la sesión. Elegir las mejores a veces cuesta, cuando se ha disfrutado de la sesión de fotos todas parecen buenas fotos. Así que suelo hacerlo al día siguiente, porque estando más relajada puedo revisar las fotos sin prisa y hacer la selección, decidir cuáles editaré y para qué haré la edición.
Así surgió esta serie de bodegones de tomates, mis primeras fotos de gastronomía, y me di cuenta del placer que me daba este tipo de fotografía.



